Aún con la resaca de haberse quedado a las puertas de la final de Top Chef, Víctor Rodrigo recibe a Inboga en Samsha, su restaurante situado en la Calle Periodista Ros Belda de Valencia. Un apetecible olor que emana de la cocina nos acompaña durante toda la entrevista donde una estética neopop de colores flúor es la principal protagonista de un espacio en el que la cultura urbana se identifica con facilidad. Es su primer y único restaurante que abrió hace 10 años y desde donde ha ido evolucionando su trayectoria profesional.
Con tan sólo 16 años, Víctor tuvo claro que quería ser cocinero empezando su andadura en la Escuela de Hostelería y Turismo de Castellón, su ciudad natal. De ahí se marchó a Ibiza a trabajar buscando otras alternativas a la cocina que había conocido hasta entonces ya que la clásica europea se le quedaba corta. “Era el único lugar por motivos económicos que me podía permitir y pensé que allí, al haber tanto extranjero, también sería más fácil conocer otra perspectiva más internacional”, asegura. Y fue precisamente durante su estancia en la isla cuando cayó en sus manos un libró de Ferrán Adrià que lo cambiaría todo. Le fascinó su vertiente creativa y desde entonces se declara fan incondicional del cocinero catalán, de quién podría decirse que fue su mentor en la sombra. “Fue con Adrià con quien descubrí una manera distinta de hacer las cosas y con su ayuda me decidí a comenzar a experimentar lo que a mí realmente me gustaba hacer”.
El Bansky de los fogones
La afición que profesa desde muy jovencito a los grafitis le ha otorgado el apodo de Banksy (famoso grafitero británico) por su particular modo de plasmar esta afinidad en la gastronomía. “Considero que lo más importante es la personalidad y la marca en los platos y esto es precisamente lo que mantiene abierto Samsha, una forma diferente de hacer las cosas”. Al chico le gusta arriesgar, de eso no hay duda. Su cocina se caracteriza por un dominio perfecto de las técnicas culinarias de vanguardia y una cuidada presentación estética, tan extrema, que en ocasiones parece relegar al sabor.
Tiene como ingredientes fetiche el curry, la vainilla, la salsa de soja y los quesos “todo con sabores muy potentes” y confiesa que tiene dos manías: nunca cocina arroz, “porque estamos en Valencia y casi todos los cocineros trabajan este cereal”, ni tampoco lo hace con hierbas ya que “no me vale decorar ni enmascarar mucho un plato y que luego realmente el producto no valga nada”.
Gran aficionado a la recolección de setas y a la fotografía, el amplio archivo de imágenes de su web le permite recordar sus inicios en este mundo ya que según revela “la comida es como los grafitis, la única forma de conservar su imagen es con una foto”.
Su paso por Top Chef
Víctor manifiesta sin tapujos que el programa le ha abierto muchas puertas y le ha dado a su restaurante el empujón que necesitaba. “Desde que empezó a emitirse el programa estamos a full todos los días. Eso nunca nos había pasado. Ahora es cuando Samsha empieza a ganar dinero”. En el menú que actualmente el establecimiento ofrece se pueden degustar 7 de los platos que Víctor ha cocinado en Top Chef y que han llamado “Las 7 pruebas”, novedad que gusta mucho a sus clientes.
Pero por otro lado, afirma que en la tele no se ha visto todo lo que él puede dar de sí. “Con el ajustado tiempo que dan en las pruebas no puedes demostrar todo lo que sabes. Había momentos en que pensábamos que el reloj del programa funcionaba más rápido de lo normal porque siempre nos pillaba a todos el toro”.
Nuestro Top Chef lo tiene claro y señala que, según su criterio, “el ganador del programa debe ser un cocinero todoterreno y a la final han llegado buenos cocineros pero no con esta característica. Algunos caen cuando llegan las pruebas de repostería”.
Rodrigo cuenta en su haber con el prestigioso premio de Cocinero del Año 2012 pero sin duda su mejor recompensa es ver como los clientes disfrutan cada día de sus tan admiradas técnicas culinarias. No obstante, y a pesar de que el valenciano no descarta desarrollar su carrera en otros lugares, sabe que ahora su lugar está en Samsha. Hoy por hoy, uno de los restaurantes en Valencia más de moda y con más tirón, desde donde Víctor seguirá dando muestras de su creatividad y saber hacer al frente de los fogones.