La semana pasada se celebró un encuentro popular para fomentar la pertenencia al Barrio de Ruzafa en la icónica calle de reivindicación vecinal de Puerto Rico. Diferentes asociaciones vecinales como Plataforma per Russafa, Joves per Russafa o las AFAs de los centros educativos del barrio, junto a instituciones públicas como el Centro de Salud, el Centro de Juventud o la Universidad Popular, reunidas bajo el paraguas de la Coordinadora de Ruzafa, han organizado está jornada con el objeto de mejorar las condiciones habitacionales del barrio, incidiendo en los siguientes ejes de trabajo: la importancia de la alimentación saludable y sostenible en la infancia y adolescencia, la ecosostenibilidad de nuestras acciones, el sombraje y naturalización de los espacios públicos, así como la relación intergeneracional en torno, en este caso, de los juegos populares. A su vez, diferentes colectivos se unieron a la celebración para difundir sus reivindicaciones en contra de la turistificación y gentrificación del barrio. Como declara Vicent Horcas, del AFA del CEIP Jaume Balmes: “Les xarxes comunitaries estan ahí, sota l ́asfalt, palpitant amb la vida del barri, emergint sempre que els cau una goteta d ́aigua”.
Durante el encuentro, se pudo disfrutar de la convivencia vecinal con frescura, dinamismo, ganas de juntarse, creatividad e implicación de mucha gente, haciendo la calle nuestra y ofreciendo a las familias y vecinos y vecinas que se acercaron, una oferta muy variada de actividades. Durante la tarde, los más pequeños pudieron prepararse su propia merienda fresca y ecológica gracias a tres talleres de cocina: brochetas de fruta de temporada, canapés de manzana con crema de cacahuete del collaret y cocas de maíz con patés de verduras. También se organizaron talleres para luchar contra la emergencia climática y hacer propuestas colectivas para refrescar el barrio: un taller para identificar los refugios climáticos y un taller de sombreado artístico. A su vez, se dispusieron mesas para jugar a juegos tradicionales como el truc, las chapas o los tacos, donde se produjo un intercambio generacional entre las personas participantes. Además, se contó con la intervención de la 4a edad en una Biblioteca Humana conmovedora, donde las mujeres participantes explicaron cómo era la vida en el barrio hace casi cien años y los juegos con los que pasaron la infancia. Por último, para completar la oferta hubo una demostración de taichi, un taller de pintacaras y un taller de música con objetos reciclados, que amenizaron el final de la jornada.
Además de las organizaciones y servicios públicos del barrio, Justicia Alimentaria y La Dula han colaborado durante todo este proceso para dinamizar y hacer crecer este colectivo, como entidades acompañantes en este camino que se ha iniciado en busca de un barrio más racionalizado, más sostenible, en definitiva,. más humanizado. De este modo, con las jornadas «Russafa, berena i juga» se ha vuelto a poner en valor la importancia de articular respuestas público-comunitarias ante los nuevos retos vecinales y la actual crisis ecosocial, con la implicación tanto de las administraciones públicas como de los tejidos comunitarios y vecinales del barrio. “Si cuïdem els arrels, les rames i fulles creixen soles«, concluyó Inma Bauset, de la Plataforma per Russafa, a modo de cierre de la biblioteca humana de la 4o edad.