RESTAURANTES EN VALENCIA:
“Cultura, sabor, tradición, innovación, producto, ilusión, sueño, respeto”… palabras entrelazadas que encontramos en la entrada del restaurante Saiti en Valencia y que definen a la perfección todo lo que inspira este restaurante y su alma mater, Vicente Patiño. Y es que en este templo gastronómico, todos los detalles nos transmiten el carácter cercano y hogareño de su chef.
Justo cuando se cumple el primer aniversario de su inauguración, Saiti ha superado con creces las expectativas iniciales marcadas y tanto su cocina como su acertado interiorismo logran que el cliente se sienta como en su propia casa. A un trato cercano por parte del equipo, se une una decoración elegante y a la vez informal: 10 mesas vestidas sin mantel, luz cálida, banquetas tapizadas y una biblioteca que recoge ejemplares de otros compañeros de profesión como Albert Adrià, Ángel León, Eneko Atxa o el crítico gastronómico Harold MCgee. Un ambiente hogareño que refleja la esencia de la propia casa de Patiño y sus orígenes tal y como hace gala el mismo nombre de Saiti, denominación en íbero de la ciudad natal del cocinero, Xàtiva.
Este espacio es el resultado final de una carrera de más de 20 años que le llevó a trabajar en las cocinas de varios restaurantes con estrella Michelin y en diferentes proyectos de envergadura como Sal de Mar en Denia y Óleo o La Embajada en Valencia. Experiencias gastronómicas que le permitieron gozar del reconocimiento y admiración tanto de otros chefs como de los clientes más exigentes que le pedían un local con sello propio.
Su cocina es otro de los elementos que hace que te sientas como en casa, al ser capaz de evocar aquellos sabores más tradicionales que todos guardamos en nuestra memoria gustativa. Tanto es así que su famosa ensaladilla, que goza de merecida fama nacional, está basada en una receta de su madre. Estamos ante una cocina donde se trabajan los productos frescos, traídos directamente del mercado, y que da lugar a platos de corte clásico pero donde Patiño fusiona como nadie lo informal con algunos toques de vanguardia sin olvidar, precisamente, esas bases tradicionales. Esta mezcla, nada fácil de conseguir, es la que le valió el premio al Mejor Cocinero Revelación en el certamen internacional Madrid Fusión en 2007. En su carta encontramos tapas como las croquetas o el mollete de morcilla que se codean con elaborados arroces, genuinos pescados como la sardina ahumada sobre una base de tomate braseado y confitado o platos más vanguardistas como los ceviches. Todos estos platos, creaciones donde dominan los contrastes y los sabores frescos de una cocina 100% mediterránea.
Clásicos del chef que no faltan en el menú ejecutivo de mediodía (de lunes a viernes) que, a un precio de 18 euros, ha conseguido atraer a una clientela cada vez más variada pero que quiere disfrutar de la alta cocina a precios competitivos. Ésta es la idea, el leitmotiv que impulsa la filosofía culinaria de Patiño, “hacer sonreír a la gente con cada uno de mis bocados”. Y damos fe que lo consigue.
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