En pleno corazón del casco histórico de Valencia se encuentra el Restaurante Lienzo, capitaneado por la chef Mª José Martínez. Una cocinera incansable que, a golpe de esfuerzo y perseverancia, ha conseguido hacerse un hueco, y qué hueco, en el panorama gastronómico valenciano pero también nacional. Ella junto a Juan José Soria, jefe de sala, son el espíritu de este establecimiento que en apenas 2 años ha conseguido alzarse con un más que merecido Sol Repsol.
Y es que el espíritu de Lienzo va unido, sin lugar a dudas, al carácter inquieto, constante y trabajador de Mª José. Su pasión por la cocina le viene desde bien pequeña, recuerda que con tan sólo 11 años, y durante sus vacaciones estivales, empezó a elaborar casi diariamente tartas caseras con recetas sacadas de libros de cocina. Sus abuelos, por una parte lecheros y por otra granjeros y agricultores, fueron los que le inculcaron su amor por el producto, el buen producto. Un amor que lleva grabado a fuego, nunca mejor dicho, ya que tiene un respeto absoluto por él. Le gusta trabajarlo y darle su particular toque, preciso y acertado, para que éste siempre mantenga sus propiedades. Lo lleva en su ADN, ¿el resto? Se formó en restauración y pastelería en el Instituto La Flota de Murcia y su valía le llevo a trabajar, entre otros, en El Poblet del estrellado Quique Dacosta donde ganó la confianza que le faltaba para esta al frente de un restaurante.
El primer año fue duro pero ser nominada a Cocinera Revelación en el Certamen Internacional Madrid Fusión 2016, y quedar en tercera posición, marcó un antes y un después en su trayectoria profesional. A esto se sumó la certificación que le otorgó la Guía Michelin como establecimiento Bib Gourmand, es decir, alta cocina, de gran calidad y a buen precio.
Estos reconocimientos sirvieron para colocar tanto a Mª José como a Lienzo en el panorama gastronómico. Ella ha sabido reinventar las tapas clásicas y los platos más sencillos de un modo asombroso mediante una propuesta original, desenfadada y muy fresca. Así, su cocina es una cocina de autor con base tradicional que combina técnicas y elaboraciones modernas cuidando el producto de temporada. En sus creaciones nunca faltan los cítricos, para ella su ingrediente fetiche.
Un producto muy ligado a la carta, que suele cambiar cada tres meses, y donde entrantes como los ‘buñuelos de queso con alioli de ajo negro y el fartón de centollo’ dan paso a pescados o carnes que rinden homenaje al mar, a la tierra y a la huerta a partes iguales. De ahí su ‘merluza crujiente, ñoras y piparras’ o la ‘vaca rubia gallega a la parrilla con parmentier y trufa de verano’. Tampoco faltan platos como el ‘sándwich de all i pebre de anguila con gel de ajo tostado y flor de ajo’ que concentra la esencia de la tierra valenciana en un solo bocado. Además, trabaja varios menús degustación y menús diarios, todos ellos confeccionados por la chef con la clara intención de conseguir un armónico equilibrio de sabores y texturas con el que ofrecer a sus clientes una experiencia gastronómica única. Ésta, se completa con un ambiente minimalista, a golpe de colores básicos, y una decoración muy cuidada cuyo hilo conductor es la pintura entendida como arte en un claro homenaje al nombre del local. De hecho, los platos tradicionales han sido sustituidos aquí por otros de cerámica, hechos expresamente y diseñados por la propia Mª José, que simulan paletas de pintor.
Sin duda, una mujer de rompe y rasga, nacida en Alhama de Murcia pero valenciana de adopción, a la que todavía le quedan algunos sueños por cumplir. Como ella misma dice, “en unos años me encantaría verme rodeada de niños, que esto siga funcionando y sobre todo siendo feliz”.