Si hay una fecha marcada en el calendario de todos los valencianos, ésa es el 9 de octubre. Día que, además de conmemorar la entrada de Jaume I en la ciudad y ser considerado el día de la Comunidad, también lleva asociada una típica y tradición que todos los valencianos conocen. Se trata de una costumbre muy antigua y arraigada que, afortunadamente, ha perdurado hasta el día de hoy. Desde Inboga queremos descubrirte su origen, continua leyendo porque te va a sorprender.
Cuenta la leyenda que cuando Jaume I conquistó Valencia el 9 de octubre de 1238, los musulmanes vencidos ofrecieron al rey conquistador y a su mujer, Violante de Aragón, frutas y verduras de la huerta envueltas en un pañuelo (mocador) como muestra de vasallaje. Esta tradición se mantuvo a lo largo de los años, hasta el punto que en el siglo XV, además de regalar frutas, se lanzaban desde las ventanas de las casas petardos, triquitraques, piuletes y tronadors. Pero después de la Guerra de Sucesión en el XVIII, Felipe V abolió los Fueros de Valencia y prohibió la fiesta. Ante esta decisión, a los pasteleros valencianos se les ocurrió la idea de hacer unos dulces de mazapán con formas de frutas y de piulets y siguieron celebrando en secreto el día que se conquistó la ciudad y Jaume I nos otorgó los Fueros.
Ya desde los comienzos, los dulces y el pañuelo constituían un regalo para la mujer amada y, poco a poco, el pañuelo dio nombre al producto (Mocadorà). Es por esta tradición que muchos valencianos consideran el 9 de octubre, Sant Donís, como el día de los enamorados.
Días antes de la fecha señalada, todas las pastelerías y panaderías preparan La Mocadorà que tiene como ingrediente principal el mazapán, Se considera una festividad grande para este sector ya que, en torno a la misma, se organizan concursos que premian tanto el mejor escaparatismo como el mejor producto.
Inboga ha visitado una de las pastelerías con más prestigio y solera de Valencia, La Rosa de Jericó, para saber cómo se hacen las tradicionales figuras, teniendo en cuenta que una buena materia prima hace que el producto sea de la mejor calidad. Por eso en esta pastelería emplean únicamente, para la elaboración del mazapán, azúcar de alta calidad y almendra marcona.
Todo el proceso se realiza de manera artesanal. Se empieza triturando la almendra en la refinadora. Un consejo es que ésta debe triturarse mucho para que suelte el aceite y la masa arenosa se convierta en moldeable. Cuando está lista, se hierve la misma cantidad de azúcar y almendra a 120 grados en ebullición. Tras esto, se pasa, de nuevo, la masa resultante por la máquina para que ésta quede fina, sin grumos y con una textura perfecta para la mezcla de sabores y colores. Posteriormente, los tintes y el modeaje de unas manos expertas darán forma a cada una de las figuras de mazapán. Lo destacable es que, con este simple proceso, se consigue dar a cada una de estas figuras el sabor de la fruta u hortaliza que representa.
Además también se elaboran unas piezas de mazapán más grandes simulando piulets y tronadors, instrumentos pirotécnicos que recuerdan la historia que lleva pareja esta antigua tradición. Su fabricación artesanal es muy similar a la anterior pero con la variedad de que, en este caso, a la hora de hacer la mezcla prevalece la cantidad de almendra sobre el azúcar y no lleva tintes de colores.
No te lo pienses y regala a tus seres queridos la tradicional mocadorà, sólo así conseguiremos que esta tradición valenciana siga siendo una de las esencias de nuestro día.
Feliz día de nuestra Comunidad
Un abrazo.
Clara, feliz día a ti también y a disfrutarlo junto a esa maravillosa familia que tienes. Besitos