Probablemente la palabra kion o quion no te diga nada pero seguro que sí has oído hablar y mucho del jengibre. Pues bien estamos refiriéndonos a lo mismo, un ingrediente natural que empezó a cultivarse en tiempos prehistóricos en el sur de Asia y que actualmente es considerado todo un superalimento debido a sus múltiples usos y propiedades naturales.
Es fácil encontrarlo en cualquier supermercado o gran superficie y se mantiene en el frigorífico durante semanas. Su sabor picante hace del mismo un condimento gastronómico de primer orden que es utilizado en infinidad de recetas, sobre todo en la cocina oriental y en la preparación de sushi. No obstante, estamos ante un ingrediente muy versátil ya que puede emplearse de muchas maneras: rallado, picado, machacado o incluso cortado en forma de palillos.
Esto hace que sus usos sean múltiples y muy variados. A continuación te mostramos cómo incorporarlo en tus platos de una manera sencilla dándoles un toque diferente. En recetas de carne o pescado, ralla un poco de jengibre fresco por encima y mézclalo con otras especias de aromas cítricos. También puedes emplearlo en guisos aportándoles un toque hindú. Para conseguirlo, añade una pizca de jengibre picado en el sofrito. Es perfecto para añadirlo a ensaladas y darles un toque de lo más refrescante. En salteados, prueba a picarlo y mezclarlo con ajo. Su uso en repostería es cada vez más común como en galletas o flanes. En este sentido, si lo utilizas en postres que lleven cacao, el jengibre te ayudará a romper el sabor a veces empalagoso del chocolate.
Y no te preocupes si no eres muy amante de los fogones porque siempre puedes tomártelo de manera rápida y muy sencilla como infusión. No dudes en incorporarlo a tu dieta de una u otra manera ya que el consumo de jengibre tiene múltiples propiedades para la salud. El motivo es que su rizona posee una amplia concentración de aminoácidos, minerales, vitaminas y aceites naturales. También es rico en vitaminas B y C así como en calcio, aluminio, fósforo y cromo.