El wok se ha convertido en un utensilio imprescindible en muchas cocinas. Se trata de una sartén redonda y abombada en el fondo que tiene su origen en oriente. Fue inventada hace más de 2.000 años por un genio anónimo que quiso crear un utensilio donde cocinar ingredientes diferentes, que mantuviese intacto el sabor de los mismos y que permitiese hacerlo con muy poca cantidad de aceite. Su nombre proviene del chino y es precisamente en esta zona del mundo donde es el rey indiscutible de la cocina.
Los woks originales están fabricados con hierro y mango de madera robusta lo que permite ir moviendo los alimentos. Y justo ahí encontramos su secreto porque la diferencia entre el fondo caliente, gracias a la llama directa del fuego, y los bordes fríos, permite obtener el punto idóneo de cocción. Por todo esto se trata de un utensilio de cocina versátil e idóneo para saltear carnes, mariscos, pescados y verduras. Junto a esta versatilidad, encontramos otro punto a su favor y es que, al no precisar mucho aceite, es perfecto para cocinar de manera saludable.
A continuación te detallamos una serie de claves para cocinar con wok. Toma nota:
- Corta a mano todos los ingredientes y procura que tengan un tamaño y grosor bastante homogéneo. Además, cuanto más fino sea el corte mejor que mejor.
- Cocínalos por orden de terneza (en primer lugar los que necesiten más cocción).
- Calienta el wok previamente para que coja temperatura.
- Vierte los ingredientes desde el borde de la sartén.
- Utiliza un aceite de oliva suave o de girasol ya que son los que mejor soportan las altas temperaturas.
- Remueve los ingredientes con una espátula de madera o, si te atreves, con movimientos secos de wok )el mango hacia delante y hacia atrás).
- Después de su uso, lávalo con agua caliente y utiliza una brocha de púas suaves para eliminar los posibles restos.
- Sécalo y pinta la superficie con aceite de oliva para evitar su oxidación hasta el siguiente uso.