TAPEAR EN VALENCIA:
60 años dan para mucho… muchas anécdotas, muchas vivencias, muchas alegrías pero sobre todo mucho trabajo y sacrificio. Y es que Casa Guillermo, bodega con tradición en el barrio marítimo de El Canyamelar de Valencia, celebra su sesenta aniversario. Fue allá por el año 1957 cuando Guillermo y Carmen, los padres de Amparo Madrigal, la actual propietaria, decidieron abrir una taberna-bodega donde los portuarios acudían con sus bicicletas a tomar el aperitivo diariamente.
Junto a vinos, licores y agua del seltz, ofrecían tapas tan sencillas como bandejas de conservas, habas cocidas, capellanes o pulpo seco. Pero fueron las anchoas, junto a un trato familiar y cercano, lo que les dio la fama que a día de hoy todavía poseen. Una fama bien merecida porque el salazón es en esta casa un manjar irresistible para cualquier valenciano o foráneo que se precie. Y es que Amparo ha heredado también de sus padres la forma de limpiar y tratar este pescado que importan del Cantábrico. Es por ello que se conserva, incluso, el ritual a la hora de degustarlo: mojar el pan en el aceite, poner encima una anchoa con ajitos y a disfrutar.
Pero, además de las anchoas, Casa Guillermo cuenta con una amplia carta de tapas donde el denominador común es el producto de primera y bien trabajado. Mención a parte merecen: la morcilla de Toribio (carnicero de Chirivella) con sus trozos de tocino a la vista tal y como las encargaba la madre de Amparo; los mejillones de la Ría con una carne y un sabor a mar inigualables y, como no, la titaina de bonito del norte. A ello se suman hasta 60 referencias más como el ajo arriero, las croquetas de chipirón, el magret de cordero o las vieiras. Todo ello acompañado siempre de una buena ración de pan, servida en papel de estraza, como ya hacía su padre en el siglo pasado.
En Progreso 15, Casa Guillermo sigue guardando la misma calidez y sabor a tradición de su primera ubicación en Jose Benlliure. Y es que el bagaje de 60 años queda patente en la manera en que tratan el producto y cuidan a su clientela. Sólo deseamos poder seguir disfrutando tanto de sus anchoas como de toda su cocina porque pocos sitios en Valencia son capaces de celebrar 60 años de esencia, buena cocina y trabajo a partes iguales.
En Inboga te descubrimos dónde comer las mejores anchoas de Valencia.