Si hace unos días hablábamos de los alimentos no recomendables para comer de noche, esta vez vamos a dar una serie de pautas para acostarse con el estómago lleno respetando una dieta saludable y beneficiosa para nuestro organismo. Hay que tener en cuenta que comer de manera equilibrada a últimas horas del día es importante ya que es el momento en el que el consumo de calorías es más débil, el cuerpo disminuye la actividad física y se prepara para el descanso nocturno. Por este motivo, siempre se debe realizar una cena ligera a base de alimentos que contengan los nutrientes y vitaminas para satisfacer el apetito pero comiendo de forma saludable.
En este sentido, la nutricionista Mª José Cambronero nos recomienda una serie de alimentos idóneos para tomar por la noche y que, fundamentalmente, contienen triptófano o, lo que es lo mismo, la sustancia responsable de generar melatonina para el descanso y poder conciliar mejor el sueño:
– El pescado, preferiblemente blanco, como puede ser el mero o la dorada, que son más ligeros y fáciles de digerir. Pero una vez a la semana se puede variar y optar por pescados grasos como el atún, las sardinas o el salmón.
– Carne blanca como el pollo, el pavo o carnes magras como la ternera pero sin grasa. Tanto el pescado como este tipo de carnes son una fuente importante proteínas que sacian durante más tiempo. Deben ser cocinadas de la forma más saludable posible, es decir, al vapor, al horno o cocidas, evitando freírlas o añadirles grasa.
– También es recomendable tomar una ración de huevo al menos 2 veces por semana pero siempre duro o pasado por agua. No se debe comer nunca el huevo frito.
– Los frutos secos tomados al natural también son una fuente importante de vitaminas y minerales aunque siempre controlando la cantidad. Es recomendable no ingerir más de 30 gramos de cualquiera de ellos.
– Las verduras son otra alternativa que siempre se recomienda tomar por la noche ya que contienen fibras, vitaminas y nutrientes con muy pocas calorías aunque no todas son idóneas. Espinacas, zanahorias, calabaza, calabacín y alcachofas son las más apropiadas y, además, tienen variedad en cuanto a su preparación bien sea a modo de puré, crema o simplemente hervidas.
– Los productos lácteos son muy socorridos cuando llegas a casa después de una larga jornada y no te apetece cocinar pero ojo, deben ser descremados o muy bajos en calorías. Lo ideal sería combinarlos con algo de proteína y verdura para que la cena sea completa. Eso sí, se deben consumir varias horas antes de acostarse para que no fermenten en el organismo.
– Aunque siempre se aconseja que los hidratos de carbono se deben consumir a primeras horas del día, los “adictos” al pan pueden disfrutar de un par de rebanadas durante la cena pero siempre en su variedad integral.
A esto hay que añadir la conveniencia de establecer un horario de cenas y cumplirlo, de manera que el organismo se acostumbre a ingerir alimento a la misma hora. Además, lo recomendable sería hacerlo al menos hora y media antes de irse a la cama para que se haya hecho la digestión y se pueda descansar correctamente. Como consejo extra, se recomienda tomar una tila antes de irse a dormir ya que ayudará a conciliar el sueño y sus propiedades diuréticas y depurativas también ayudarán a mantener nuestro organismo libre de sustancias contaminantes.