El momento en el que realizamos nuestras comidas es crucial a la hora de perder o ganar peso. Y por eso, en esta ocasión, vamos a hablar de las cenas y de las consecuencias que tiene para nuestro organismo comer en abundancia o simplemente tomar alimentos que por sus características son poco recomendables a última hora del día.
Hay que tener en cuenta que por la noche consumimos muy poca energía por lo que tardaremos mucho más en metabolizar las calorías ingeridas. Por esta razón, según la nutricionista Mª José Cambronero, la cena perfecta nunca debe sobrepasar el 25% del total de las ccalorías diarias.
Pero, ¿Cuáles son los alimentos que hay evitar o eliminar? Toma nota si quieres dormir bien y empezar el nuevo año cuidándote.
. La ensalada de lechuga posee un alto contenido en fibra insoluble lo que provoca gases e hinchazón abdominal, ralentizando la digestión.
. Las setas deben comerse en pequeñas cantidades, sobre todo si son nuestra opción para la cena, ya que estos hongos se caracterizan por ser muy indigestos al contener macromoléculas que son muy costosas de procesar.
. El consumo de determinados vegetales como el apio, muy rico en fibra insoluble, es desaconsejable ya que puede resultar indigesto y produce flatulencia.
. El pan ha de evitarse por la noche porque los carbohidratos tienden a acumularse en forma de triglicéridos en nuestro tejido adiposo.
. Debemos ser muy precavidos con las comidas picantes y con hortalizas como el ajo y la cebolla, sobre todo si se comen crudas, ya que pueden producir sensación de quemazón estomacal y resultan bastante indigestas.
. Las carnes rojas debido a su alto contenido en proteínas resultan muy difíciles de digerir, aunque también hay que tener cuidado con la carne blanca ya que, si se toma en grandes cantidades por la noche, tendrá el mismo efecto que la anterior sobre el organismo.
. Si bien es cierto que, para mantener una alimentación equilibrada, se deben tomar 3 piezas diarias de fruta, no es nada aconsejable dejar estas porciones para las últimas horas del día por su alto índice en azúcar. Especialmente hay que evitar frambuesas y naranjas. Sí es aconsejable la ingesta de un plátano por el triptófano que contiene ya que ayuda a conciliar el sueño o de cerezas por la melatonina que aportan al organismo.
. Hay que evitar a toda costa las bebidas gaseosas, azucaradas o alcohólicas porque el cuerpo no se para a metabolizar las calorías líquidas con el mismo cuidado como lo hace con los alimentos sólidos. Además, la ingesta de estas bebidas de sabor dulce puede estimular el consumo de otros alimentos azucarados altos en carbohidratos y que, obviamente, también debemos desterrar al contener muchas calorías y producir una energía extra que no es necesaria durante la noche.
. No consumir cafeína ya que se trata de un excitante que puede alterar notablemente el sueño e impedir el descanso.
Además de poner en una lista negra los alimentos mencionados, también hemos de tener en consideración un par de consejos básicos que nos ayudarán a perder peso y, sobre todo, a conseguir un descanso adecuado:
. La hora en la que cenamos es la clave. Lo ideal es hacerlo sobre dos horas antes de irnos a la cama para no acostarnos haciendo la digestión y evitar los reflujos gastroesofágicos. Mientras dormimos, si no hemos comido mucho, nuestro cuerpo tirará de reservas.
. La cocción de los alimentos. Hay que optar siempre por cocinar los alimentos a la plancha o al vapor, huyendo de los fritos y rebozados.
En cualquier caso, nunca debemos saltarnos esta comida diaria. Simplemente hay que hacer caso al refrán que dice “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Tu cuerpo y tu salud te lo agradecerán.